En el día internacional del libro compartía en las redes sociales mi desazón porque una parte de la edición de algunos de mis libros iba a ser destruída por reducción de área de almacenaje de la editorial. Felizmente la propia Editorial dio un paso al frente salvando un buen número de ejemplares para que pudieran ser donados a las bibliotecas públicas y asociaciones sin ánimo de lucro.
Ha comenzado septiembre y hemos empezado a llevar los libros a las bibliotecas, donde son recibidos con mucho cariño. Una de las primeras ha sido la Biblioteca Municipal de Trigueros, en la provincia de Huelva, España. Curiosamente, su bibliotecaria me dice que «Fractales» había sido solicitado ya en más de una ocasión por los lectores, así que podemos anunciarles que ya lo tienen a su disposición en la sala de lectura.
En los próximos días seguiremos donando ejemplares a aquellas bibliotecas a las que podamos acercarnos (no hay un fondo para esta acción y lo vamos haciendo poco a poco aprovechando nuestros propios movimientos).